martes, 29 de junio de 2010

musita




mi unico recadito
para darte
es este suspiro

que vienen
detrás tuyo
traemelas

si dejaras de mover las astas

la i viene atorada
las oigo
suenan como cascabeles
prendidas de tu cola

y con su perfume
me salpican la nariz

sos una mancha uniforme que proyecta
sombras de nubes desnudas

salta que salta
y vuelve a izarse

sin que te des por aludida
me alzo y te tomo
te contengo con los dedos
apenas perceptible
brillas como una perla

te abro apenas las pestañas
y edifico 
sobre tu contorno
ojalá
una plegaria

no te hagas la distraida

qué
preciosa
sensación
espásmica

te tengo
musita
te tengo
del péndulo
y no te suelto

no vaya a ser cosa que te lleves también este último poema y lo dejes colgado de un extremo del océano.



domingo, 20 de junio de 2010

instinto de supervivencia

miedo si

venís con el 33 bajo el brazo
me arrebatas la piel en un santiamén
me incinerás los ojos de palabras
y después pronuncias amor


miedo si
de marearme como una pluma adentro de tu didjeridu
porque conozco claramente el destino de tu boca y todas sus peripecias
y la propensión de tu espalda a plastificarse en mis sábanas
y después en la noche también le temo a nuestra demencia


miedo si
porque no quiero más canelón
así chinchuda te prevengo
alejate de mi borde en fuga
que es filoso como el hielo
y quema y tiene patas de gorrión
y guarda malas intenciones

yo sé bien que es el desamor


te entrometés
con una lujuria que despeina a los ombligos
y te atribuís el derecho de oir (me)
y de inventariarme cual estampilla coleccionable 
con un método aterradoramente pacato
para sacar a relucir mis puntas desparejas
en medio del sorbo de café con leche


miedo si
de la estrategia de tus labios
y de todo lo que los rodea
miedo de convertirme en los destellos del sol
en una de tus pinturas
y de que me pases por arriba con tinta china
en uno de tus insustanciales arrebatos

miedo de que insinúes mis cejas en tu cuadernillo plegable
miedo de mis pulsiones dañinas
de los calambres de mis muñecas
y de confesártelo mientras todos duermen
miedo de la contracción de mis nalgas 
y de las tuyas


de que hagas mazapán
con el andamiaje de ideas que me sostiene erguida
miedo de que tu mística sea cierta
(ay dios que no lo sea)

de tu carne infalible
de tu libertad libre sobre mi cuerpo
de no soportar más tus dientes
de tu falta de dolor
y de tu olor

(le temo por sobre todas las cosas
al poder innato de tu olor)


de que pronuncies amor

miedo si
de que me urja vomitar
lo que decís que no me escondés
miedo de creerme que sos indivisible
y de beberme este día con vos
ahogado flotando adentro de mi copa
y de arrojar los rojos por la borda
y de apretarte los puños por debajo de la almohada



miedo porque sos un tigre y yo una cabra


tengomiedotengomiedotengomiedotengomiedo
miedo de mi miedo de vos.



 
 

lunes, 7 de junio de 2010

trenes

I


Vulnerable






Hoy este pedazo de ladrillo atado con hilo sisal en la garganta interumpiendo el paso de cualquier cosa que no sea líquido acuoso.


Hoy te extrañé.


Hoy sucedió. Generalmente el mundo se empeña en seguir garabateando muñequitos cuando. El tiempo detuvo mi suerte en esa lágrima que no cayó. Si la lágrima rodaba, se destrolaba todo entero ese mundo playmóvil.


Hoy el mal de amores no tiene remedio.










II


Estrambótica






Las computadoras, los teléfonos, las personas que respiran a medio metro y que no estuvieron anoche cuando sucedió, la información que les oculto bajo estúpidas formalidades, el paragüas que me queda grande, los boletos, las monedas, la ventana del tren, las gotas que caen sin que los ojos de los hombres noten el movimiento cuando se deslizan, si pudieran verlas, agarraditas al vidrio. Los pasos sincronizados. La invencible velocidad de las agujas, las pequeñas maniobras que hago para respirar adentro y hondo mientras paso al lado de los kiosqueros, desoigo vendedores ambulantes, las manos mugrientas y pedazos de pan duro, los cielorazos fastuosos de Constitución, las pantallas por doquier con lucecitas que nadie observa, los puestos de panchos, los andenes, las vías, las puertas sin manijas, los asientos siempre ocupados. Una búsqueda solitaria de sentirme menos sola entre tanta gente de pie que sabe lo que quiere y adonde va.






III


Oscura





Las ganas de morir ahora. Ya. De salirme del mundo con nada puesto. La urgencia de huir corriendo bajo la lluvia, de transpirar hasta caer exhausta debajo de un puesto de revistas, derrotada como un perro callejero. Buenos Aires, la ciudad que hace agua en todos los corazones. Ciudad charco. Ciudad contenedor que no deja de escupir mierda en sus miles cloacas. Ciudad multiestímulo que revienta mis sentidos. Ciudad que destiñe los sueños. Ciudad trampa para la libertad. Buenos Aires soy yo con mis imposibilidades de ser etérea. Un inventario apretado en la mochila. tupperdecomidafloresagendamp3delineadorcepillodedientescarameloscigarrillos. El precio por las esquirlas. Los cordones que me atan a los lugares aborrecibles.






IV


Neurótica










Un día me voy a ir y no le voy a decir nada a nadie. Me dijiste por teléfono. Si vos te vas yo me voy con vos. Te contesté. En esos arrebatos tuyos desconozco mis prioridades. Me pierdo en el camino hacia algo. Me distraigo. Todo lo que vivís me conduce a estrellarme de cara con mis dudas. Es caprichoso el azar. Y yo sigo en el descanso de la escalera sin dar el paso que me conduce a. En esa hamaca tejiendo con agujas que son tansas transparentes que jamás tocan mis dedos. Una sustancia se resbala como dulce de membrillo sobre el pocillo. Y es mi vida. Como en una calesita el paisaje gira alrededor de mis ojos. Rebeliones que nadie llora. Resignación. Los sueños se suicidan al filo de un andén. Y el sol entibia. Y me bebe. Jamás podría ayunar amarillo. Me despego el mundo de la ropa. Estación tras estación. Formar parte de esta cosa llamada mundo lastima tanto que. Junto hojas, las escribo. Escribir me sirve. Se lo digo a un transeute. Escribir me sirve, ¿sabés?. Me invento que soy poeta. Para justificar que estoy loca y aún así exijo una explicación.

miércoles, 2 de junio de 2010

el misterio es una luz que cuelga vestida de mañana







como si uno no fuera a saber cada día
el propósito mismísimo de nombrarse
como si no fuera responsable uno de
mirar desviar guarecer amar sembrar
pronunciar por ejemplo simplemente 
buen día al vecino de alma desconocida
pronunciarlo con la boca bien puesta
 y las botas bien puestas
elegir aguardar una respuesta
meter el pie adentro de un ovillo de lana
y cantar una canción desentonada
tocar ese preciso posible entre infinitos posibles
y no otro
ese preciso
(o necesito)
o
ese posible
(o probable)
justificar un argumento que se  d e m o  r a
un sentido secreto que se teje
o no se teje
vaya uno a intuir
cuando el poder lo tiene el otro
como si fuera o no a saber uno cada día
qué clase de ternura lo aguarda en la puerta
si la de la miseria de los que todavía no entiendo por qué eligen
o la de la petulancia de los que todavía no entiendo cómo se atreven
porque ternura abunda dondesequiera
qué clase de excusa para desoir una gota de rocío deslizándose
o la lluvia en su más preciosa cadencia

(cuán ingrato puede uno llegar a ser con la lluvia)

qué clase de encanto habita la evasión de un comentario
por qué hacer a un costado la nitidez del deseo
qué clase de estupidez creer que venimos para trascender
como fuera si saber o no uno cada día
cada día
que ahora
la germinación de las ideas
el alma en su más completa anulación
el rugir de los objetos
el acople de las ganas

lo que haces
para no pensar
en hacer
para no hacer
lo que pensas

pero mañana ¿qué?
mañana este poema se arrojará a correr por la escalera
(que es lo mejor que saben hacer los poemas)

y la conciencia de ser
seguirá siendo una zanja abierta
revuelta de sesos papeles caracteres tallos naves hoteles fotos que se repiten 

como si uno fuera cada día a saber
como si saber
fuera uno cada día
como si uno fuera uno

solo
solamente
uno

y siempre
eligiera
saber.